lunes, 15 de junio de 2009

DOS MUNDOS, DOS FORMAS DE ENFOCAR LA VIDA

Como veis, las gentes de Nepal mueven corazones, conciencias, vidas y mucho más. Es una maravilla ver como se va propagando este pequeño proyecto, esta pequeña extensión de la familia del Child.

Ahora que ya ha pasado el tiempo, recuerdo la primera vez que aterrizamos en Kathmandu, cuando nos montamos en la furgoneta con puntillas y todos los cassetes ordenados, una furgoneta del año la tosta, pero eso si, reluciente como si hubiera acabado de salir de un concesionario de coches. Claro que no me extraña, el conductor cuya belleza se la tenía bastante asumida, no paraba de limpiar hasta la última mota de polvo.

Bueno pues cuando aquel trastillo se puso en marcha, comenzamos a saber como era Nepal, la gente abarrotaba los lados de la inexistente carretera llena de baches, los niños deambulaban descalzos alrededor de las fogatas, todos iban vestidos con trapillos, la pobreza se masticaba pero de repente empezamos a descubrir que las sonrisas de aquellas gentes siempre estaban presentes.

Más tarde nos enteramos de que aquello que habíamos visto eran las afueras de Kathmandu, donde la miseria es mas miseria aún, donde tal vez el frío cale con más fuerza que en la misma capital, aún así nunca me dio la sensación de que aquello fuera un drama humano. ¿De que manera se enfrentan los problemas en Oriente y en Occidente?, a lo mejor Occidente ha perdido de vista lo elemental ¿no creéis....? y ¿que es lo elemental? las necesidades básicas que tenemos cada ser humano, pero que lejos se nos han quedado a todos nosotros. Digo que se nos han quedado lejos porque su vida me parece más plena, porque cuando veo en los telediarios como se paga por un señor que da maravillosas patadas a un balón cien millones de euros, me pregunto cuantas fogatas se evitarían con la décima parte de esta fortuna, o cuando veo un programa en el que salen personas acomodadas y nos enseñan a su mascota y afirman que come jamón de bellota....y lo pasean en un bolso de Loewe de seis mil euros, no puedo evitar pensar que hemos perdido la razón humana.

¿Amoral, obsceno.....?

En otra parte del planeta en una pequeña casita donde solo habitan cuidadores y niños en Lalitpur, unos niños nos demostraron la otra cara, la cara que nos enseñaría que es lo fundamental en algunos sitios de nuestro mundo "compartir". Al repartir las golosinas que habíamos llevado desde Madrid, vimos como los más mayores repartían las suyas entre los pequeños para que no se quedaran sin ellas. Los mas mayores tendrían siete tal vez ocho años, pero que madurez habían alcanzado a esas edades, que capaces de dar lecciones con un solo gesto, que mejor manera de enseñarnos a recobrar algo que tal vez muchos de nosotros habíamos perdido por el camino, que diferencia de mundos..............

¿Cuantas generaciones tendrán que pasar en Nepal, para que comiencen a perder sus maravillosas nociones de vida? Lo que está claro es que los niños del pegamento deberían de haber tenido la oportunidad de saber que quieren hacer con sus vidas, pero en Kathmandu no existe de momento la posibilidad para un pequeño de soñar con un camino, muchos nacen y ya están destinados a vivir alrededor de las botellas de plástico ardiendo para calentarse, están destinados a ser abandonados y a convertirse en despojos humanos por culpa de la droga, y si los pobres simplemente importan poco en este mundo, ni imaginarme quiero los "irrecuperables" como dice Gabriel.

¿Que habría que hacer para conseguir que algunos no lleguen ahí?, moverse y actuar, tener iniciativas como las de Gabriel y Amaia, apoyarlas y buscar soluciones aunque sea para treinta y cinco, porque afortunadamente con gente como todos los que estáis apoyando este proyecto, las manchas empeinosas tan peculiares de los vagabundos de Nepal, se empezaran a disipar.


Me reconforta pensar que cuando se acude al colegio en un país como este, el día de mañana tendrán la oportunidad de cambiar algo, quién sabe si alguna de las niñas del Child llegara a ser algo en la vida, ojala el día de mañana las veamos en los periódicos, en los ministerios etc, etc.


De momento se han salvado de la otra lacra que invade Asia, la prostitución de menores que tan bien está reflejada en el proyecto de Maiti Nepal. Menos mal que en contra de lo que podamos ver a diario en los medios de comunicación, hay gente que se deja el pellejo por ser mejor persona, por ayudar y por denunciar las injusticias humanas. (Por cierto os recomiendo el libro de Somaly Mam, El silencio de la inocencia, es duro pero refleja en primera persona este drama, que cada día se vive más en todo el mundo, en particular en Asia, aunque es Camboya, no creo que la vida de las pequeñas nepalis que caen en las manos de gente sin escrupulos, capaces de venderlas y revenderlas con seis, siete y algún año más difiera mucho)


Recuerdo como comentamos entre nosotros en el primer viaje "al cruzar la puerta del hotel, volvemos a nuestro mundo, los problemas del resto nos parecen ajenos, la inmundicia se disipa por una redención de culpa que nos creamos nosotros mismos, asegurando a nuestro interior que no podemos cambiar el mundo" y este es el peor error humano en el que se puede caer, claro que se puede hacer algo, claro que se puede cambiar, claro que se puede ayudar y por supuesto que con poco se puede contribuir a que el mundo esté más igualado, a que la balanza se llene de valores morales en el lado del que faltan. Esto es lo que hacemos todos nosotros aquí, los que desde dentro dan lo que pueden y los que no permanecemos indiferentes ante las situaciones que nos indignan.

En fin dos mundos, dos maneras de vivir, dos formas de sentir y valores morales totalmente opuestos, aunque todos los que formamos parte a través de este blog de la vida en el Child, comencemos a comprender que lo importante no es la vorágine que se vive en Occidente, que nos rechina cuando se habla de crisis, que se lo cuenten a los que han nacido en una crisis perpetua sin buscársela sin inversiones inexistentes y descabelladas, y aún así desde bien pequeños saben que HAY QUE COMPARTIR, "eso" que le repito yo a diario a mi hija, y parece no comprender, su mundo no es el mismo que el de sus compañeros, ¿seré capaz de inculcarla los valores de los que tanto carece nuestra sociedad? o por el contrario se dejara llevar por la corriente de nuestro mundo en el que vale TODO.

Hasta aquí mi reflexión de hoy que no podía dejar de hacer, a veces me superan los mensajes subliminales que se mandan, olvidandose de lo fundamental.

Gabriel tu me dijiste una vez que tu lema era "palante", pues esto es lo que debemos de hacer.

NAMASTE

2 comentarios:

Gabriel dijo...

Mientras esperabamos la llamada que nunca llegaba para decirnos que podíamos ir a por nuestra hija a Nepal, miraba la luna y pensaba... esta es la misma luna que hace unas horas ha mirado a Nayana (tenía envídia de la Luna). Ahora no miro la Luna ¿es justo? Tengo que volver a mirarla.

Gabriela dijo...

Gabriel... Ya no envidias a la Luna, porque tienes a Nayana, pero
aún nuestra mirada se traba en la Luna... El indicador está en estos pocos meses de "mirar" la Luna algo se está consiguiendo, ya sabemos que no es mucho, ni tan siquiera lo necesario. Pero sigamos mirando a la Luna.

Un abrazo y para adelante siempre.

Gabriela